Coquimbo, 17 de octubre de 2014

Estimados socias y socios de SOCECOL,

Es tradicional que al comenzar un nuevo periodo, se manifieste a los colegas una hoja de ruta donde se esboce cuáles serán los principales lineamientos de la gestión. Después de haber participado por más de trece años en la SOCECOL, primero como webmaster (2001), luego como miembro del Directorio y ahora asumiendo como Presidente después del periodo de Vicepresidente, he construido un ideario que creo que puede sernos de utilidad desarrollar. Son tres ideas.

La primera idea proviene del conflicto del Río Cruces, el año 2004 y de lo que yo personalmente juzgué como una pobrísima actuación de la SOCECOL y sus miembros. ¿Por qué pobrísima? Porque el rol de cualquier sociedad científica ante el llamado urgente de la ciudadanía debe ser aportar con una mirada fría, de largo plazo y basada en hechos validados por la revisión de pares. Aún más importante, la SOCECOL debiese haber logrado algún consenso entre los colegas y haber evitado declaraciones cruzadas vía la prensa. Sabemos que en ciencia es muy difícil asignar responsabilidades con la claridad que los tribunales nos piden, pero si la SOCECOL no es capaz de reunir a los ecólogos(as) relevantes, consensuar los hechos y emitir opiniones útiles y acordes con el rigor científico, corremos el riesgo de caer en la irrelevancia. Esta es la primera idea, consolidar a la Sociedad como entidad que reúne, contiene y genera un consenso entre la bienvenida diversidad de sus socios(as). Esto es especialmente relevante, y una oportunidad, ante la incertidumbre en que vivimos hoy respecto como se toman las decisiones medioambientales. Si bien estos temas se han atendido durante las directivas anteriores, por ejemplo con los aportes colegiados a proyectos de ley, aún queda mucho por hacer y aportar.

La segunda idea también apunta a la relevancia de la Sociedad mediante el aporte de sus socios. No me refiero a pagar las cuotas, me refiero a recuperar la tradición republicana de participar en la sociedad mediante la agrupación libre en gente que comparte intereses comunes y los ejerce a través de organizaciones. Pertenecer a nuestra Sociedad debiese tener en todos nosotros el status de militancia política, empoderándonos de que pertenecemos voluntariamente a un grupo que comparte la misión y visión de la SOCECOL. Incluso estamos dispuestos a pagar cuotas para esto. De este modo, y transversal a todas las directivas anteriores, los socios(as) tienen que empoderarse y pedirle más a la directiva, pero también tienen que participar del desarrollo de la disciplina exigiendo el apoyo de la SOCECOL para sus ideas. La meta respecto a esta segunda idea es privilegiar y apoyar las iniciativas que contribuyan al desarrollo societario, con especial énfasis en aquellas que tengan impacto académico y público. Respecto a este punto, el llamado en este momento es a participar y a votar en las próximas elecciones, de manera de tener un(a) Vicepresidente(a) y directorio que pueda ser parte de esta visión de trascendencia de la SOCECOL más allá de nuestra reunión anual.

La última idea se relaciona con el desarrollo de la capacidad de hacer ciencia en Chile, la cual navega por un panorama sombrío y desordenado. La SOCECOL puede jugar un rol importante aportando una visión más allá de intereses de instituciones o institucionalidades particulares. Sin duda la primera prioridad es la inserción de una cohorte de miles de jóvenes científicos(as) se preparan a volver a Chile, o ya lo hicieron. Una solución virtuosa a esta urgencia puede ir de la mano una tendencia nacional que debiese acentuarse en los próximos años: la descentralización. Podemos potenciar enormemente nuestra disciplina promoviendo y coordinando el establecimiento y mantención de iniciativas académicas y científicas de excelencia, como estudios de largo plazo, que hagan viable el desarrollo de investigación de máximo nivel en regiones. La SOCECOL ya privilegia actividades de este tipo, como cursos de postgrado o reuniones en regiones, pero además debiese empujar esta visión de desarrollo entre las otras sociedades científicas donde aún no existen propuestas concretas o abordables más allá de aumentar los recursos.

Sin duda las tres ideas están entrelazadas: es muy difícil que gente que no tiene una instancia de diálogo y que no se siente empoderada pueda contribuir con una visión de desarrollo para la disciplina y la sociedad, pero esperemos que el periodo de la futura directiva sea fructífero. Nuevamente, los invito a todas y todos a integrar este proceso eleccionario, sea a través del voto directo en la asamblea en Puerto Varas o a través de la “votación electrónica” que implementaremos los próximos días, para que tengamos una directiva empoderada y mandatada a impulsar el desarrollo de las ciencias ecológicas.

Bernardo Broitman
Vicepresidente SOCECOL