El continente blanco presenta una ocupación humana limitada, distribuida en alrededor de 80 bases de 29 países que albergan durante el verano austral cerca de 5000 personas (entre científicos, personal de apoyo logístico y militares), mientras que durante el invierno su población se ve reducida a unos 1000 individuos1. Los meses de verano, principalmente entre diciembre y marzo, se caracterizan por continuos ingresos y salidas de personal de las bases antárticas, pero también por una creciente actividad turística, con alrededor de 50.000 visitantes al año a través de cruceros lujosos o de vuelos organizados por compañías privadas. A partir de abril, las condiciones climáticas reducen drásticamente o impiden todo viaje hacia o desde el continente antártico, dejando aisladas las dotaciones de personas en las bases permanentes. Las bases permanentes son alrededor de 40, perteneciendo a 19 países diferentes, y distribuidas entre las islas Shetland del Sur, la Península Antártica y Antártica continental. Chile, como EE.UU., mantiene 3 bases ocupadas durante todo el año (Presidente Eduardo Frei Montalva, General Bernardo O’Higgins y Capitán Arturo Prat), mientras Argentina posee 6 y Rusia 5. Muchas de estas bases se quedan aisladas del resto del mundo durante 7 a 8 meses, hasta que los rompehielos o aviones logren reestablecer el contacto en octubre o noviembre del mismo año.

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